sábado, 27 de abril de 2013

Llevas los trocitos de mi corazón guardados en el bolsillo

Os recuerdo que las palabras duelen.

Exactamente esas palabras, salidas de una boca en concreto, dichas en un definido orden, y con la tonalidad exacta se convierten en el arma perfecta. Ni una bala en pleno corazón es comparable. Esa bala te mata rápida y definitivamente. Las palabras se clavan como agujas en la piel, atraviesan cada capa de tu cuerpo, y acaban almacenadas en tu cabeza. Pudriendose contigo.

Mi cabeza es un nido de pájaros y caos.

Que nuestros labios no fueron creados para destruirnos a palabras, sino para matarnos a besos. 

Comprendelo, no puedes intentar derruir lo destruido. Mi corazón a pasado por muchas guerras, mi cabeza está perdida y mi cadera esta nostálgica de tus manos.

Lo malo de pensarte es que luego te hecho de menos.

La sonrisa permanente ya no basta, mi autodestrucción empieza cuando mi mente se para a pensar y aprieta al play.

         

jueves, 4 de abril de 2013

Yo en trance y tu en tus trece

Cambiamos de estación, pero yo sigo siendo invierno, con trenes perdidos. Maleta en mano miro mi camino. Indefinido. Pedregoso, pero digo: Yo seré piedra contigo. Caeré, pero en tus redes.
Nosotros nos encontramos en un camino para perdidos.

Sin miedo, sin prisa y con una sonrisa.

Morderte el cuello y que mis labios sepan a tu colonia. Loca. Así estoy por tus labios. Por los mordiscos al final de cada beso. Y las palabras que escupen. Menudas palabras...

Despierta, tiemblo al mirarte.
Despierta, ries, y al reír tus labios inquietos me parecen
relámpagos de grana que serpean sobre un cielo de nieve.

Bécquer sera un Dios, pero solo tu consigues que me ilumine.

A cada mirada tuya añadele un suspiro mío, seguido de una sonrisa y un beso que me quite el aliento. Aquí yo pongo el aire, tu las ganas.

Mi espalda te está esperando, que aunque un día fuiste un tren perdido, volviste a la estación, porque aunque yo sea invierno, nosotros sembramos primavera.