viernes, 18 de enero de 2013

Todo lo bueno se acaba y lo malo se recuerda.

Ella perdida en su cabeza, repleta de melancolía, en el banco donde las miradas se convertían en palabras, donde antes, las horas eran minutos y nunca era suficiente tiempo para el, observando cada una de las facciones de su cara, con sus mejillas enrojecidas, sus ojos profundos y expresivos y su pelo cobrizo. La analizaba día a día. Los roces eran de fuego y sus palabras mi música. Los ''te quiero'' se quedaban cortos. Los días de lluvia solo bastaba con estar bajo la misma manta. Cuando estaban juntos no hacían falta palabras.
''Todo lo bueno se acaba''. Y si se acabó, y lo único que queda es un bonito recuerdo de sus abrazos eternos y sus miradas de ''para siempre''.

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